SIDA: Cruzada de todos los días
Por Mikely Arencibia Pantoja
El siglo XX tiñó de luto a millones de familias en el mundo como resultado de la peor pandemia que se recuerde: el SIDA. Hoy, la estela de dolor y sufrimiento se mantiene extendida sobre millones de familias.
Comparado con la peste bubónica sus estragos superan cualquier pronóstico debido fundamentalmente a la falta de conocimiento, el miedo, los mitos existentes alrededor de la enfermedad, la desigual distribución de las riquezas y la falta de acciones por parte de determinados gobiernos.
Pero si a lo dicho se le añade que el alto costo de los tratamientos (superior a los mil dólares mensuales) resulta inalcanzable para la mayoría de los contagiados, no hay dudas de que estamos frente a un verdadero flagelo.
ENTRE MITOS Y REALIDADES
En un principio varias teorías, hoy desechadas, acompañaron la aparición del SIDA. Entre ellas, se pensaba que el virus fue transmitido del simio al hombre y que la enfermedad era exclusiva de homosexuales.
Actualmente se sabe que el VIH apareció hace más de cien años en pequeñas comunidades del África subsahariana, donde las precarias condiciones económicas y médicas impidieron darle seguimiento a la epidemia, la cual ataca tanto a hombres como a mujeres, independientemente de sus inclinaciones sexuales.
A su vez, la creencia de que el SIDA mata en cuestión de días quedó atrás con el descubrimiento de medicamentos combinatorios -llamados "cócteles"-, que aunque no curan aumentan la calidad y el tiempo de vida de los pacientes, y reducen el riesgo de infectar a otros individuos.
También fueron desmantelados los mitos de que el VIH podía transmitirse mediante picaduras de insectos, por compartir platos, cubiertos, sanitarios, ropa interior, por abrazos, caricias, besos cortos, sudor, lágrimas, orina, materia fecal, saliva o manipulación de alimentos.
En tal sentido ha quedado demostrado que sus vías de transmisión son: relaciones sexuales desprotegidas, a través del contacto con semen, menstruación o fluidos vaginales; de madres a hijos; por transfusiones de sangre o por utilizar agujas contaminadas.
SIDA Y MUNDO
.– África subsahariana exhibe la peor situación: Hasta la fecha más de 20 millones de niños quedaron huérfanos, mientras que en algunas zonas como Botswana y Zimbabwe el 40 por ciento de las mujeres embarazadas es seropositivo.
.– El 95 por ciento de los huérfanos a causa del SIDA vive en el llamado continente negro.
.– Haití, Barbados y República Dominicana suman más del 85 por ciento de las infecciones de VIH registradas en el área caribeña.
.– A nivel mundial se estiman en mil los nuevos casos de infantes que son contagiados diariamente.
.– En la India se calcula que en todas las familias hay por lo menos un miembro enfermo de SIDA.
LO QUE AÚN FALTA
Sin mencionar la imperiosa necesidad de que aparezca una vacuna que sirva como antídoto definitivo, hay otros elementos que deben tomarse en cuenta por parte de los gobernantes.
Partamos del hecho de que hoy el principal escudo “antisida” es la conciencia humana, pues de la postura responsable de hombres y mujeres depende todo.
No obstante, poco podrá hacerse si quienes dirigen ignoran la utilidad que representa el ofrecimiento de la información necesaria en aras de barrer prejuicios y mitos alrededor del tema.
También se precisa de mayor voluntad por parte de las naciones industrializadas que no siempre se muestran solidarias con los países pobres, olvidándose de que sus políticas de saqueo, conquista y colonización fueron y son, en gran medida, las causantes de las desgracias en esas regiones.
Este primero de diciembre es el Día Mundial de Lucha contra el SIDA, jornada anual que sirve para convocar al buen juicio y a la reflexión, y hacer un llamado al esfuerzo colectivo.
Pero, sin dudas, el principal avance se conquistará cuando la cruzada contra la pandemia se libre todos los días y se tome esta fecha como punto de partida para emprender una marcha acompañada en favor de los enfermos y por el bien de toda la humanidad.