A un metro de Chávez
Texto y fotos: Mikely Arencibia Pantoja
Jamás olvidaré aquel 21 de agosto de 2005 cuando fui designado para cubrir como periodista la visita de Hugo Chávez y Fidel Castro al municipio de Sandino, ocasión en que dejarían inaugurada la Villa Simón Bolívar y a la vez transmitirían el programa Aló Presidente.
Se trataba de una comunidad de 150 confortables casas construidas y equipadas por el gobierno venezolano para las familias damnificadas por los huracanes que entonces pasaron por la región más occidental de la provincia de Pinar del Río.
Salimos de madrugada desde la capital pinareña, pues debíamos recorrer unos 80 kilómetros , y no les miento: desde esa hora una interminable fila de personas cubría toda la distancia. Con banderas, pancartas y fotos de ambos dignatarios se aprestaban para recibir al hermano latinoamericano y al líder de la Revolución Cubana.
A un metro estuve de Chávez y me sentí importante y privilegiado. Escuché de primera mano sus análisis y proyectos a futuro y disfruté la forma tan desenfadada con que trataba a Fidel. Sin dudas, entre ambos había una química y una empatía muy singular.
De aquella jornada también me quedó la experiencia de haber trabajado al lado del equipo de prensa del Palacio de Miraflores, algo que me obligó a crecer. Me llamó la atención que en ese momento Chávez se convertía –literalmente hablando– en el conductor de un espacio de televisión y no en un mero presidente dando el estado de la nación.
Por supuesto que tomé muchas fotos. Las que hoy les obsequio son inéditas y espero sirvan para sumarse al tributo infinito que debe rendírsele a un hombre cuya muerte no es cierta.