martes, 4 de marzo de 2014

Chávez, en todo y en todos


Chávez, en todo y en todos 

Por Mikely Arencibia Pantoja

Parece que fue ayer y ya pasaron doce meses de la desaparición física de Chávez. O mejor, parece que no fue nunca y quizás por eso luce incierto el hecho, porque un líder de semejantes quilates jamás se marcha.


No obstante, la noticia llegó con el sabor más amargo que pudiera imaginarse, porque ni aún lo esperado del suceso debido a su enfermedad mató las esperanzas en quienes rogábamos por su salud.



Y sí, lo reconozco, fuimos y somos ignorantes a conciencia cuando nos resistimos ante la realidad, cuando hoy –un año después– todavía lo vemos convertido en niño, en pueblo, en América; cuando su imagen ondea en banderas multicolores y cuando su espíritu de luchador incansable desnuda la mentira que se empeña en destruir la Venezuela actual y viste de confianza a quienes no se dejan confundir.

Carismático sin par, orador por naturaleza, justo como pocos, eterno soñador y rebelde con causa… así fue y es Chávez.

Los cerros lo conocieron en total magnitud cuando apostó por cambiarle la vida a su gente; se propuso extraer de la oscuridad a millones y lo consiguió; enseñó a escribir, a ver, a leer y a soñar; hizo que regresara el deseo de vivir a una Venezuela que ya no era dueña ni de su identidad.

Tejió con hilos de oro la Alternativa Bolivariana para las Américas y exportó hermandad y unidad sin límites. Contagió a los latinoamericanos con su proyecto de una sola Patria y fue bautizado como el nuevo Libertador.

Entonces el tiempo es nada frente a la huella indeleble de un inmortal que siempre estará ahí, en todo y en todos.